Durante los días que pasamos en el Puerto de Santa María (Cádiz), realizamos pequeños viajes, siempre volviendo a reunirnos con Nacho, asturiano y amante del flamenco, y su amigo Mariano. Uno de esos días, yo me quedé en El Puerto trabajando en unas secuencias de danza mientras que Renu y Natasha repitieron una visita a Sevilla, con la sorpresa de que perdieron el último tren y tuvieron que pasar la noche allí. Yo me reuní con Nacho y Mariano, ya que tenían una plan para esa noche. En uno de los barrios, con fama de problemático según dicen, había una conferencia con proyección de fotos antiguas del Puerto. Mostraba sus edificios y lugares clave, y cómo el rastro se podía entrever en el cambiado paisaje arquitectónico actual. El evento tuvo lugar en el patio, típicamente andaluz de la casa de Felisa. La puerta por la que se entraba al patio tenía una inscripción que databa de primeros de 1900 y todo el espacio estaba decorado con plantas. Otras puertas accedían a otras partes de la casa. Las paredes estaban colmadas de bombillas recicladas en pequeños jarrones, llenos de agua con brotes de diversas plantas. Al terminar la conferencia nos ofrecieron unas tapas y unos vinos (fino, vino tìpico de Jerez), y conversamos hasta tarde. Allí supimos de la historia de Felisa y de cómo había cuidado de su marido enfermo que estuvo en una cama por 29 años. En el tiempo libre que le quedaba, empezó a diseñar y crear a ganchillo modelos de ropa para muñecas, que representaban personas reales de su entorno, como por ejemplo, las enfermeras o doctores del hospital o personajes de la farándula. Cada uno tenía un detalle que le hacía particular e individual. Estaba orgullosa, tímida, alegre e ilusionada, al mostrar su trabajo, entre ellos me gustó un conjunto de sombrero y bolso tejido a ganchillo con bolsas de plástico. Y su creatividad no acababa ahí: también nos comentó la intención de escribir un libro de poesías, y nos deleitó con dos de ellas como podéis ver más abajo; una dedicada a su marido fallecido, y la otra a su hija.
During the days that we spent in Puerto de Santa Maria (Cadiz), we used to do small trips, always coming back to meet with Nacho, Asturian and flamenco lover, and his friend Mariano. One of those days, I stayed in El Puerto working on some dance sequences while Renu and Natasha repeated a visit to Seville, with the surprise that they missed the last train and had to spent the night over there. I met with Nacho and Mariano, as they had a plan for that night. In one of the boroughs, known for being a bit problematic, there was a conference with a projection of old photos of El Puerto. It was showing its buildings and key places, and how its trace could be glimpsed in the actual changed arquitectural landscape. The event was at the typically Andalusian patio of Felisa's house. The door to get in the patio had an inscription dated from the beginnings of 1900, and all the space was decorated with plants. Other doors access to other parts of the house. The walls were heaped with lightbulbs recycled onto small jars containing water and diverse plant's sprouts. When the conference finished, we were offered some tapas and wine (fino, a typical wine from Jerez), and we chat till late. There we new about the story of Felisa, and how she took care of her ill husband, who was in a bed for 29 years. In her spare time, she started to design and create models of doll's clothes, which represented real people from her environment, as for example, the nurses and doctors of the hospital or random celebrities. Each of them had a detail which made them particular and individual. Proud, shy and with joy and excitement. She was proud, shy, joyful and excited when she showed her work, I liked especially a set of hat and handbag knitted in crochet with plastic bags. And her creativity didn't end there: she commented us the intention to write a poetry book, and she pleased us with the recite of two of them, as you can see further down; one dedicated to her dead husband, and the other to her daughter.
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Poesía dedicada a su marido fallecido / Poem dedicated to her dead husband
Viniste a mi un día radiante de sol
Tan radiante y hermoso estaba ese día
Que al verme, te enamoraste de mi...
Fui el amor de tu vida
Tanto me quisiste y tanto me querías
Que pa morir corriste un día
El día que Dios nació
Uno nació y otro murió
Y al morir tú, contigo te llevaste tu gran amor
Que fui yo
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You came to me a bright sunny day
So bright and beautiful was that day
That when you saw me, you felt in love with me
I was the love of your life
So much you loved me and so much you were loving me
That to die you ran one day
The day that God was born
One was born, and the other died
And when you died, you took with yourself your beloved one
Who was me
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Poesía dedicada a su hija / Poem dedicated to her daughter
Hoy es tu cumpleaños feliz
Hoy hace 50 años que tú naciste de mi
Cuando te pusieron en mis brazos lloré de alegría
Porque de alegría también se llora
Porque yo ya era madre, y tú, hija mía
Cuando tan pequeña te recogía del colegio
Y corría hacia mi como una paloma volando
Y me besaba y me abrazaba
Y me decía madre mía...
Las lágrimas se me caían
Porque yo ya era madre, y tú, hija mía
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Today is your happy birthday
Today is 50 years since you were born from me
When they placed you in my arms, I cried of joy
Because of joy you cry as well
Because I was already mother, and you, my daughter
When I was picking you up from school, so little
And she was running towards me as a flying dove
And she was kissing me and hugging me
And she was saying to me, my mother
Tears were running down my face
Because I was already mother, and you, my daughter